sábado, 11 de febrero de 2023

Aficionados de temporada o por necesidad...

"Buen aficionado" es el piropo más grande que te pueden hacer en el mundo del flamenco.
 El buen aficionado para mi,  es aquel que se interesa y ama la cultura flamenca. No es ese que va a las peñas o a los lugares flamencos a hacer un alarde de conocimientos en voz alta delante de otras personas que han ido a escuchar y a disfrutar del buen cante, toque, baile.
Ir a un concierto y en cuanto suena una guitarra o un cante, escuchar a alguien decir en voz alta: ¡Ole ese cante por Lucena! ¡Vamos con esa solea de Alcalá! ¡Venga esa seguiriya del Marrurro¡, pertuba bastante. Dan ganas de decirle: ¡Señor/señora, ya sabemos que sabe usted mucho de flamenco pero dejenos escuchar!
  Es algo incómodo cuando te encuentras situaciones así y la mayoría de las veces , vienen dadas por lo que yo llamo: aficionados de temporá (temporada) o por necesidad. De temporá porque son aficionados a ratillos y por necesidad porque solo lo son para alimentar su ego. 
  Puede haber otra forma de ver el significado de eso que señalaba anteriormente sobre la temporalidad y la necesidad. Esa otra equivalencia, se me ocurre a la hora de señalar aquellos que son aficionados temporales porque les interesa el mundo del flamenco solo de vez en cuando. Y por necesidad, porque sólo se dedican a aprender sobre el mismo, por compromisos que les somete la vida (necesidad de aprender para usar ese aprendizaje en algún tipo de trabajo relacionado con el flamenco).
Prefiero mil veces estos últimos, que esos que rompen la paz de los lugares flamencos con su arrogancia y soberbia.
  Disfrutemos de lo que nos regala nuestra cultura y dejemos la inmodestia a un lado. 

Contemos/cantemos...

       
                         David Sorroche

lunes, 18 de octubre de 2021

La soledad del que cuenta...

 A veces me pregunto el "por qué" de las cosas. El hecho de elegir el cante como forma de vida es una de mis preguntas vitales más repetida.

El cante es maravilloso pero al mismo tiempo es mal compañero. Quizás suena fuerte esto que comento, pero es lo que siento. Ya lo dice la letra: "el cante no es alegría el cante es decir las penas que tenemos escondías".

Muy pocas veces se va de la mano del cante. Es complejo hacerse amigo del mismo. Nos pasamos mucho tiempo de nuestra vida peleando con él en todos los sentidos.

He comentado en alguna ocasión que me considero un oligofrénico del cante. Soy incapaz de hacer con mi instrumento lo que mi mente, mi corazón, mi alma, sienten. Aquel que me conoce, sabe que (puedo gustar o no gustar, cosa lógica...) no me guardo nada cuando me subo a escena; cuando intento contar y cantar. El problema no es como me doy. Si existe algún problema, desde mi punto de vista, es ese retraso en la ejecución al que antes hacía referencia.

Esa pelea que antes comentaba, es continua; nunca hay tregua. 

Como dice un gran compañero: ¡Esto es muy difícil!. Lo es...

No reflexiono desde lo negativo, justo lo contrario. Aunque a veces el cansancio llegue, nunca dejaré de luchar con él; seguiré intentando hacerme amigo del mismo. 

Si se calla el cantor...

Siempre hacia delante.

Contando cantando..

 

            David Sorroche






viernes, 19 de febrero de 2021

Las voces dormidas...

              Con esto de la pandemia, las voces andan dormidas...

Conversando con alumnos, compañeros y personas relacionadas con el mundo de la voz, me doy cuenta del parón que también han tenido muchas de las voces que nos rodean. 

Como muchos otros sectores que también han tenido que parar, las voces han apagado su luz y comenzaron a dormir en demasía. Esto trae consecuencias.

Después de estar inactivo o con poca actividad, se pierde finura, fuerza y control de nuestras cuerdas vocales. Es algo habitual sentirse incómodo al retomar nuestro trabajo después de un tiempo. Debemos, por tanto, tener paciencia e ir trabajando poco a poco para sentir que vuelve la comodidad y la facilidad para con nuestro cante.

En cualquier caso, siempre digo, que aunque no tengamos actividad de escena/espectáculos, debemos trabajar nuestra voz diariamente, esto nos proporcionará un mantenimiento óptimo del instrumento.

En entradas anteriores, señalaba la importancia de la CULTURA DEL CALENTAMIENTO para poder afrontar con garantías la gran variedad de cantes flamencos. Ahora, me gustaría señalar un elemento nuevo: la CULTURA DEL MANTENIMIENTO.

Debemos adquirir costumbres (profesionales, aficionados, trabajadores de la voz...) que nos ayuden a mantener nuestro instrumento en buenas condiciones. Hagamos EJERCICIOS DIARIOS para mantenernos y NUNCA DEJEMOS DE CANTAR. Creemos nuestros propios escenarios y nuestras propias dinámicas de ejercicios y apredizajes, así nuestra voz se mantendrá fuerte y con buena figura.

Además, CANTAR ES TERAPEUTICO y bueno para nuestra salud en general.

A los que no tienen estas costumbres de calententamiento/mantenimiento, os animo para llevarlas a cabo y así tener mayor salud vocal. Aquellos que las tenéis, tengo claro que estáis genial y preparados para cuando podamos retomar nuestra actividad.

¡Despertemos nuestras voces!

Siempre hacia delante



domingo, 22 de noviembre de 2020

Lo machacón que resulta el cante.

     En alguna de mis entradas anteriores, he hablado de la menos evolución del cante como disciplina flamenca si la comparamos con la guitarra y el baile. También me refería a algunos de los factores por los cuales esta evolución ha sido menor. Comento esto porque viene a cuento con la publicación de hoy:"Lo machacón que resulta el cante".

    Quizás, esa cuestión evolutiva del cante que antes señalaba, se hace notar de manera muy clara, en la reiterada utilización de los profesionales del cante y aficionados de los mismos textos (mismas letras) para interpetrar la gran variedad de cantes y estilos que afortunadamente tenemos en nuestro contexto flamenco. Es interesante apreciar, que incluso algunos estilos flamencos se identifican con determinadas letras, priorizando estas, a la melodía y matices que finalmente dan nombre al cante.

    A lo largo de los años, he asistido a muchos eventos relacionados con este mundo flamenco y he ido observando este concepto de repetición de letras de forma reiterada. Incluso en un mismo festival con diferentes intérpretes, la utilización de los mismos textos es algo bastante habitual. 

Hace algunos años, acudiendo a un concurso de "granaínas" como espectador, donde había ocho personas participando, siete de los ocho, interpretaron la misma granaina con el mismo texto. Resultó, en cierta manera, angustioso. Me hizo sentir bastante incómodo. No tengo buen recuerdo de aquel día.

    Debemos reconocer, que nos ponemos pesados con las letras. Esa es la verdad. No solo se trata por esa poca permisibilidad (de la que también he hablado en otras publicaciones) con respecto a la evolución en el cante, hay otras muchas razones.

    Por supuesto, tengo mis pensamientos al respecto (algunos, no nos dejan muy bien a los que trabajamos esta disciplina del cante). Van muy orientandos a la actitud  para con el trabajo y el sacrificio por aquello que nos gusta y nos hace sentirnos realizados, pero no es la intención de esta proclama, abrir un debate sobre esto; sí hacerlo constar.

 


Aquí lo dejo como reflexión...

 

miércoles, 16 de septiembre de 2020

El chovinismo de determinados grupos sociales flamencos.

 Seguro que causa algún revuelo el título de esta nueva entrada de mi "Voz libre", pero lo cierto,es que no pretendo esto. Me gustaría, que aquel que esté interesado en leer estas líneas, realmente se sincerara con respecto a este tema que trato.

 Gracias a mi experiencia en el mundo flamenco (tanto el artístico, como el docente), he llegado a ciertas reflexiones, que quizás algunas personas las compartan (en parte o en su totalidad) y otras muchas, ni siquiera las consideren como tales.

 El flamenco me ha regalado muchas experiencias: viajes por casi todo el mundo, posibilidad de conocer otras culturas, socialización y amistad con gentes de otros lugares, etc. En definitiva, me ha regalado vida, mucha vida. Siempre he intentado aprender de todo lo vivido y al mismo tiempo, mostrarme desde la naturalidad y la honestidad para con todo aquel que me he encontrado en el camino. Viajar te hace ver las cosas de una manera diferente. Te hace darte cuenta, que la humildad es fundamental para una mayor adquisión de experiencias vitales y para un mayor desarrollo personal. Para mí, la humildad debe estar acompañada de la predisposición a abrirte, a conocer, a aprender...

El título de esta entrada de mi blog, atiende a lo que he visto, veo, y me temo seguiré viendo en algunos grupos sociales dentro del flamenco. Recalco lo  de algunos grupos sociales, porque pienso que no todo el mundo flamenco tiene esa condición chovinista. El hecho de hacer de menos, incluso despreciar de alguna manera, todo aquello que no pertenece a lo que algunos consideran suyo, hace, desde mi punto de vista, que se caiga en la "no cultura". Los buenos artistas, las culturas inteligentes, se alimentan de todo lo que hay alrededor para hacerse más grandes y mas hermosas de lo que son. Muchos, entendemos esto de forma natural al adquirir aprendizajes, vivencias. Otros, se instalan en un chauvinismo exagerado por querer defender algo que consideran propio y mejor de todo lo que viene de fuera.

Hace unos quince años, en una entrevista, me preguntaron sobre mi postura sobre la gente del extranjero que trabajaba el flamenco. Recuerdo que dije, que si no dejabamos de vernos el ombligo y cuidabamos, amabamos, desde la libertad, nuestra cultura, esas gentes foráneas, estarían en la mayoría de los carteles de eventos y festivales en poco tiempo. Afortunadamente, no me equivoqué en demasía...

El flamenco no nació para ser cerrado, no lo ha sido nunca, ni lo será. Es cierto, que germinó con unos condicionantes que sin ellos jamás hubiera crecido, pero las semillas son muchas y muy variadas. Considerar lo que viene de fuera como algo que no sirve, que no tiene la sustancia suficiente como para poder ser parte de la cultura flamenca, cierra las puertas al crecimiento de nuestra manifestación cultural más importante.

A algún amigo antropólogo, le he comentado alguna vez, lo interesante que sería darle nombres a los posibles grupos sociales dentro de nuestro mundo. Considero que la idea es bastante atractiva. pero también soy consciente que poner nombre a posibles sectores sociales dentro de nuestro universo, puede resultar, cuando menos, incómodo para muchos. De cualquier manera, a mí, personalmente, se me ocurren algunos...

Tengo muy claro, que lo que yo escribo en esta ventana, mi ventana al mundo, no va a cambiar al chovinista, pero quizás, consigo que use el diccionario para saber de lo que hablo. Con eso ya habré conseguido algo...


miércoles, 2 de septiembre de 2020

El cante no va en "AVE"

 El cante no va en "AVE".

Después de un largo período sin contar cosas en mi ventana al mundo, vuelvo a necesitar abrir este medio y seguir contando/cantando cosas. Quizás, esto que escribo y cuento, no resulte interesante para la mayoría de las personas, pero me conformo con contarlo y que al menos quede reflejado por escrito.

El título de mi publicación hoy, tiene cierto carácter reivindicativo y la causa por la que abro de nuevo las ventanas de "Mi Voz Libre".

En este tiempo tan especial que nos ha tocado vivir por el Covid, cada uno de nosotros hemos buscado la fórmula de pasar el tiempo; inventirlo para el ocio, aprendizaje, prepararnos para nuevos retos y metas, etc. En mi caso, he aprovechado para ordenar, limpiar y eliminar elementos que con el paso del tiempo vas guardando, almacenando y que en realidad no sirven para mucho; sí, para ensuciar tu entorno y hacerte la vida más pesada. Ahora me siento más limpio en todos los sentidos.

Al mismo tiempo, que aseaba este entorno mío, decidí, como un trabajo alternativo, hacer una labor de escucha de grabaciones que tenía olvidadas o, en cierta manera, en espera a ser escuchadas en el momento que tuviera para ello. Estos momentos llegaron. Me ha servido esta ocupación, para darme cuenta que amo este flamenco nuestro, más de lo que yo podía imaginar. Pero también me ha servido, para analizar diferentes cosas que parecen acompañar a nuesto mundo a lo largo del tiempo.

Una de mis conclusiones (que ya la tenía en mente antes de estos meses) tiene que ver con el desarrollo del cante como disciplina dentro del mundo flamenco: "EL CANTE VA EN UN TALGO ANTIGUO Y OTRAS DISCIPLINAS VAN EN AVE".

Me explico...

Desde mi punto de vista, EL CANTE HA EVOLUCIONADO MUCHO MENOS QUE OTRAS DISCIPLINAS. La guitarra ha tenido una evolución impresionante gracias a nuestros genios conocidos por todos. El baile está en un momento de evolución/creación increíble. Estamos hoy día en la etapa más rítmica de la historia del flamenco. Incluso se incorporan instrumentos e instrumentistas con sonidos y virtuosismo exquisito.

Ahora, si nos paramos a analizar el cante, nos damos cuenta, que ha tenido cierta evolución, pero que esta evolución viene dada por la capacidad creadora de nuestros genios del cante. Tengo claro, que por alguna razón que se me escapa (quizás por tener la mente abierta, por aquello de la VOZ LIBRE), el CANTE FLAMENCO tiene menos permisibilidad por parte de lo ortodoxo de nuestro mundo, y esto hace que la evolución en el mismo sea mucho menor. 

El cantaor flamenco se ve abocado a recrear generacionalmente, aún sintiendo y teniendo personalidad propia de la actualidad. 

Recrear e imitar conceptos es algo muy complejo y muy necesario para la conservación de nuestro patrimonio cultural, pero la cultura también es evolución y necesita de ésta para ser más grande y duradera.

Abro esta ventana al mundo, para animar a los compañeros del cante a seguir recreando pero sin hacer siempre los mismos cantes, las mismas letras, los mismos conceptos melódicos. Podemos, desde estos cantes de origen, buscar (rebuscar, como dicen algunos....) e intentar traer a la actualidad, aquello que no está tan trabajado. Sería una forma de decir, que el cante está muy vivo y que también puede tener espacio en algún vagón del AVE.

 Vengo a decir, que quizás, esa poca permisibilidad del ambiente flamenco que antes señalaba para variar aspectos de nuestro cante, ha hecho que de alguna manera, nos hayamos vuelto un poco "olgazanes del mismo". Miremos en nuestras raíces, tenemos maravillas que seguro que sí las recreamos y las traemos a lo que vivimos hoy, sin darnos cuenta, nos den el billete del AVE; ese billete a la evolución. 

EN NUESTRAS RAÍCES ESTÁ EL CAMINO A SEGUIR, pero hay que regarlas, trabajarlas, para que crezca savia nueva.

Si hacemos esto, el ortodoxo no sé pondrá nervioso, y el heterodoxo estará contento.

Y lo más importante: ¡ESTAREMOS CONTANDO/CANTANDO! ¡ESTAREMOS VIVOS!



                                                                                                David Sorroche.

 


 

domingo, 7 de julio de 2019

La personalidad...

"Se estudia y se aprende bien...lo más difícil del mundo..." La letrilla de este fandango me ayuda a comenzar esta nueva entrada. Sus palabras resultan muy certeras y apropiadas para esto que pretendo comunicar hoy en mi ventana al mundo: se puede estudiar y aprender hasta lo más complejo, en lo que a cante se refiere, pero llegar a ejecutarlo es otra cosa. Si ya hablamos de llevarlo a cabo con cierta personalidad, todo resulta mucho más dificultoso.
Haciendo uno de mis cursos en una población del poniente andaluz, recibí como alumno a un adolescente de unos trece o catorce años con unas cualidades vocales impresionantes. Mi forma de proceder cuando una persona nueva llega a mi clase es muy simple y a la vez muy efectiva. Para "romper el hielo" y dejar atrás vergüenzas y nervios, les pido que se presenten y seguidamente me canten algo que les guste. Me sirve esto para tener un primer contacto con el concepto vocal, técnico y emocional de la persona que tengo delante. Mi último paso antes de comenzar a trabajar, después de lo escuchado y observado, es preguntar la razón por la cual han decidido asistir a mi aula de cante.


Este chico, interpretó un par de letras por bulerías con una voz afillada y algo nasalizada, pero con una afinación exquisita y un timbre bonito a pesar de la tonalidad alta que decidió usar. También existía un control bueno del rítmo. Algunos elementos a trabajar, pero me sorprendió sobremanera, la personalidad que le imprimía a esas letras que tenían un claro trabajo de imitación.
Cuando, terminó de cantar, yo le manifesté mi satisfacción por lo que había escuchado y que estaba contento que estuviera acompañándonos en clase.
Pero a mí me quedaba la pregunta que siempre hago a todos: ¿Por qué había decidido visitar nuestro curso?
Su contestación me sorprendió.: ¡Quiero cantar como Diego "el Cigala"!. Me dijo.
Me quedé pensando un momento en todo lo acontecido hasta ese momento. Entonces, volví a preguntarle su nombre. Me dijo: Antonio, me llamo Antonio (nombre ficticio).
Lo miré y le dije en tono suave:
"No puedes y no te puedo ayudar a cantar como Diego "el Cigala" por una sola razón: ¡Tú te llamas Antonio!, pero si puedo ayudarte a que refuerces tus cualidades, capacidades y personalidad para que pueda mostrar quien eres. Diego "el Cigala" es un fenómeno, pero tú debes ser Antonio."


El primer día, el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto,..., estoy convencido que no entendió esto que le comenté nada más conocernos, pero cuando fue viendo resultados, inconscientemente, comprendió lo que yo pretendía comunicarle desde un primer momento.


Este chico, hoy día se gana la vida con su voz y con una personalidad aplastante.


LO MÁS DÍFICIL DE MUNDO, es encontrar tu propia forma cantaora, tu identidad, tu PERSONALIDAD. Esta está en el trabajo diario, en intentar desnudar el alma en todo lo que haces y en ser honesto en el camino que recorres cada jornada.


Busquemos esa verdad,


Siempre hacia delante...